Un blog para descubrir el lado humano de la tecnología y la comunicación, su aspecto más importante, aquello que da sentido a todo el derroche de imaginación y creatividad que se esconde tras cada cable, circuito, imagen, palabra o sonido.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Mándame un "Whatsapp"


Reconozco que resulta difícil. No es cuestión de inteligencia. Nuestras mentes están habituadas a pensar que todo tiene un precio. Por eso, cuando periódicamente se relanza un mensaje viral diciendo que “Whatsapp” va a dejar de ser gratuito, hay un gran número de personas crédulas y bienintencionadas que se encargan de difundirlo entre todos sus conocidos sin plantearse una mínima comprobación sobre la procedencia del bulo, su finalidad, e incluso la lógica de su contenido.

Cuesta entender la gratuidad, aunque en el caso de “Whatsapp” no existe realmente. Los usuarios de iPhone hemos pagado al adquirir esta aplicación desde siempre. Menos de un euro. Probablemente, es con este dinero con el que montaron la empresa, su infraestructura. Hay muchos iPhones por el mundo, y prácticamente todos han descargado esta aplicación. Cuando surgió posteriormente Android, en estos terminales, “Whatsapp” se anunció como gratuito el primer año y con un coste fijo anual a partir del segundo de entre 1 y 2 euros. Pero lo cierto es que no conozco a nadie al que le hayan cobrado.

Así pues, ¿de qué vive esta gente?

Pues hay varias posibilidades. La primera sería el modelo de Google o Facebook: publicidad. La masa de usuarios de “Whatsapp” —siempre en constante crecimiento— es un mercado publicitario apetecible. Sin embargo, de momento, no hay publicidad en la aplicación.

El segundo modelo es el del “mercado de posibles”. Se basaría en unos costes más bien reducidos y unas expectativas de ingresos futuras. Pero, ¿de dónde vendrían esos ingresos futuros? Podría ser de cuotas anuales, de publicidad, pero también de la venta de la empresa a alguien que quisiera incorporar este servicio de mensajería como un valor añadido a su propia oferta. Si tengo que apostar por algo, me quedaría con esta opción. Probablemente, Google invirtió lo suficiente como para conseguir que la aplicación fuera gratuita para los usuarios de Android. Puede que lo siga haciendo. Apple —que podría haber estado interesada— ha preferido “competir” con “iMessage”, como servicio gratuito exclusivo para la plataforma. Las propias operadoras de telefonía —las más perjudicadas económicamente por “Whatsapp”— han pretendido responder con aplicaciones y servicios de nueva creación y, probablemente, de escaso recorrido, así como con la gratuidad de SMS en ciertas condiciones.

La tercera opción de financiación es la más siniestra: la venta de datos personales. Además de ser ilegal, tampoco tiene mucho sentido. “Whatsapp” tiene acceso a nuestro número de teléfono y al nombre que nosotros le indiquemos (que no tiene por qué ser el verdadero). Y con nuestros contactos pasa lo mismo. Como mucho a nuestra ubicación, si se lo permitimos. Poca información me parece para rentabilizarla.

Casi nada puede asegurarse al cien por cien. Como mucho Hacienda y la muerte, aunque yo quitaría a la primera y, como creyente, añadiría a Dios y su misericordia. No sé si el uso del “Whatsapp” seguirá siendo gratis en el futuro, pero sí les aseguro que, si deja de serlo, será la empresa quien nos lo comunique a todos simultáneamente a través de sus servidores y su cuenta de Twitter, que utiliza para comunicar los fallos del sistema. Es más fácil y cómodo para ellos. Y desde luego, no creo que la gratuidad dependa de enviar 20 veces el mismo mensaje a sus contactos. Piensen: ¿qué sentido tendría cobrar por el uso y no cobrar por un mayor uso?

Es difícil predecir si no estamos ante una auténtica “burbuja”, pero personalmente creo que “Whatsapp” terminará siendo adquirida por un pez más grande. aunque también es verdad que cada vez quedan menos candidatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario