Un blog para descubrir el lado humano de la tecnología y la comunicación, su aspecto más importante, aquello que da sentido a todo el derroche de imaginación y creatividad que se esconde tras cada cable, circuito, imagen, palabra o sonido.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Papa en Twitter


En menos de 48 horas la nueva cuenta del Papa Benedicto XVI en Twitter tiene más de medio millón de seguidores. No está mal, pero...

Sinceramente, no tengo claro cuál es el papel del Papa en las redes sociales. O al menos tengo dudas que conviven con no pocas certezas.

Estoy convencido y soy un firme defensor —y en la medida de lo posible aporto mi granito de arena— de la necesidad de la presencia de la Iglesia, de Jesucristo, en Internet y en las redes sociales. Estoy con el Papa cuando nos anima a evangelizar el continente digital...

También creo que las redes sociales son un foro privilegiado para escuchar, para observar y para entender el mundo que nos rodea. Y en este sentido y función, también son básicas para la Iglesia. La comunicación siempre tiene dos sentidos.

Entiendo que el santo Padre, con su edad y ocupaciones, no va a ser un “tuitero” tan activo. Comprendo que contará —debe hacerlo— con la ayuda de otras personas para las cuestiones técnicas y que, obviamente, será imposible que pueda leer todas las reacciones a sus publicaciones...

Y es entonces cuando me asaltan las dudas. ¿Es buena y necesaria la presencia del Papa en Twitter? ¿Es conveniente exponer su persona y su magisterio al mismo nivel que cualquier otra persona? No es una pregunta elitista, sino de sentido común: en Internet tiene la misma fuerza la voz del que sabe que la del que no.

Por otra parte, ¿es adecuado entrar en el juego de “contar” seguidores y comparar —no tardarán en hacerlo, si no han comenzado ya— con otros líderes y famosos? Está claro que el número no es lo importante —aunque la mayoría piense que sí y los utilice para justificarse— y que nada de esto es lo que se busca o pretende. El Papa ya es popular sin necesidad de Twitter, y su voz escuchada y seguida por millones de personas...

Pero es que, además, si la interactuación de Benedicto XVI con la red no es directa... ¿de verdad compensan todos estos riesgos?

Así que en éstas estoy. Contento y agradecido de que el Papa se sume a este carro y respalde con su presencia los esfuerzos de muchísimas personas que hacen un hueco a Jesucristo en el entramado digital en que se está convirtiendo una porción cada vez mayor de nuestro mundo. Pero, al mismo tiempo, con dudas sobre su idoneidad.

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