Un blog para descubrir el lado humano de la tecnología y la comunicación, su aspecto más importante, aquello que da sentido a todo el derroche de imaginación y creatividad que se esconde tras cada cable, circuito, imagen, palabra o sonido.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Hágaselo usted mismo


En realidad, en esto de la tecnología digital el bricolaje apareció desde bien pronto. Solo ha ido evolucionando...

Recuerdo los primeros años de la era PC. Los clónicos. Aquellos expertos aficionados que se dedicaban a comprar un ordenador a piezas y ensamblarlo en casa. O pedir en la tienda que se lo montaran. Todavía se hace, pero seamos realistas: mucho menos. Los tiempos cambian. Se venden más ordenadores portátiles que de sobremesa, aunque luego se dejen apoyados sobre una mesa y conectados a la red de forma constante durante semanas e incluso meses. ¡Allá ellos y sus baterías! La cosa es que un portátil es más difícil de montar a piezas. Y de tabletas y smartphones no hablemos...

Tras el bricolaje de hardware llegó el del software. Buena culpa de ello la tuvieron Apple y desarrolladores como Adobe, Aldus, Macromedia e incluso Microsoft. La autoedición —y la piratería— hizo salir a diseñadores de hasta debajo de las piedras. Algunos mejores y otros peores, pero casi todo el mundo aprendió a hacer carteles, revistas y páginas web sin necesidad de nada más que un ordenador y el programa adecuado.

Esta pasada semana Amazon ha presentado productos y ha hablado sobre el programa de autoedición digital de libros destinado a aquellos autores que no encuentran editorial que les publique o, simplemente, quieren tener el control total sobre su obra. Lo mismo ha ocurrido con el mundo de la música y, dentro de poco, con el cine.

Se lamentaba Jeff Bezzos, el jefe de Amazon, de la ignorada cantidad de buenos escritos que se pueden haber perdido por el rechazo de las editoriales tradicionales. Lo que no decía es que también es cierto que la autopublicación sin filtros de calidad puede inundar el mundo de mediocridad y hacer más difícil encontrar verdaderas joyas entre tanta oferta. Para gustos, colores..., pero ¿no había mayor calidad en la música de hace veinte años que ahora tras varias promociones de “triunfitos”?

Es inevitable. La tecnología está cambiando las reglas del juego. Y realmente, para hacer lo que hacen hoy, comienzan a sobrar intermediarios, por muy grandes e importantes que sean como industria. Quizá dentro de unos años incluso sea Amazon la que sobre, pero eso todavía no lo saben.

El problema con Internet es que te encuentren, no que puedas ofrecerte... Esperemos que la calidad siempre pueda ser hallada.

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